Los pacientes sometidos a diálisis que recibieron vitamina K2 mostraron importantes disminuciones de los depósitos de calcio en los vasos sanguíneos, un factor de riesgo de mortalidad en enfermedades renales avanzadas.
Para llegar a estas conclusiones, los investigadores de la Universidad de Saint Joseph, en Beirut, y de la Universidad de Saint George, en Líbano, estuvieron buscando asociaciones y relaciones entre la calcificación vascular y el principal modulador de la calcificación del cuerpo (dp-ucMGP) que son las proteínas gla de la matriz (MGP) que capturan este mineral e impiden que se cristalice en las paredes de los vasos sanguíneos. Se comprobó que la administración diaria de 360 microgramos de vitamina K2 disminuía el dp-ucMGP en un 86% después de 4 semanas sin registrarse ningún tipo de intolerancia entre las personas que tomaban la dosis.
Investigaciones anteriores ya habían puesto de manifiesto que las personas con problemas de riñón, sometidas a diálisis, tenían un déficit notable de vitamina K2. En algunos casos, los niveles eran hasta un 40% inferiores que en los individuos en condiciones normales de salud. Es más, la deficiencia de esta vitamina podía ser mayor cuando se hacía, a la vez, un consumo de antagonistas a la vitamina K para prevenir acccidentes cerebrovasculares o arritmias. En el estudio publicado en BMC Nephrology se confirma, por tanto, que el biomodulador dp-ucMGP está directamente vinculado con la calcificación vascular.
Vitamina K2, ¿la gran olvidada?
La vitamina K2 ha sido durante muchos años e incluso décadas la gran olvidada. Considerada como un micronutriente secundario, científicos de todo el mundo han empezado, a través de sus investigaciones, a descubrir y a reconocer los grandes beneficios que tiene para el organismo humano.
Los ensayos que se han ido realizando últimamente han puesto de manifiesto que la vitamina K2 contribuye a fortalecer los huesos y a mantenerlos en un perfecto estado. Ayuda también a tener un corazón sano y a combatir el envejecimiento prematuro. Además de mejorar la memoria, este micronutriente estimula el sistema de arterias y venas evitando una posible calcificación, como queda demostrado en esta última investigación.
La vitamina K2 puede obtenerse a través de la carne como, por ejemplo, la pechuga de pollo y determinados lácteos fermentados como los quesos duros y blandos (gouda, edam, requesón y brie). El natto, un derivado japonés de la soja fermentada, contiene altas dosis de esta vitamina.
Dentro de una dieta occidental, la ingesta media de este micronutriente suele ser baja en la mayoría de casos y, por tanto, una alternativa válida es la suplementación. De hecho, los beneficios de suplementarse con vitamina K2 pueden mejorarse aún más si se combina con vitamina D porque ambas tienen efectos sinérgicos, es decir, potencian sus propiedades beneficiosas para el organismo.